La Escuela de la Vida

 

Me gusta la metáfora de comparar La Vida con una escuela.

Cuando venimos al mundo, tenemos varias misiones, y una de ellas es aprender. ¿Y qué es lo que tengo que aprender? Tengo que desarrollar mi capacidad de amar, de amarme a mi misma y amar a los demás.

Lo que ocurre en esta Escuela de la Vida, es que los cursos no van por edades… Hay personas de 30,40,50… años que están en los cursos de pre-escolar, y por el contrario, hay personas jóvenes que ya están en la universidad.

¿Porqué me gusta ver la Vida como una escuela?

Porque de esta manera puedo desarrollar la compasión y me puedo ahorrar muchísimos enfados y frustraciones. Si veo la Vida de esta manera, cuando alguien me hiere o no hace las cosas como yo pienso que debería hacerlas, me paro y le observo como ese alumno que va a los cursos de pre-escolar y que todavía no ha aprendido a hacer las cosas “mejor”, ¿verdad que no te enfadarías porque un niño de 8 años no sabe hacer raíces cuadradas?, pues lo mismo!! Cuando alguien hace algo muy mal, que incluso nos hiere y nos trae malas consecuencias, le miro compasivamente y entiendo que no lo sabe hacer mejor, no le pido que haga raíces cuadradas, si sólo tiene 8 años, no sabe todavía…

Ocurre con frecuencia que las personas de varias generaciones atrás son precisamente las que llenan las aulas de pre-escolar en la Escuela de La Vida. Si nos paramos a pensar, veremos que ellos no lo tuvieron tan fácil como lo tenemos nosotros actualmente, hoy en día el acceso a la información está a golpe de “click”. Hay tanta información a nuestro alcance que el que no decide hacer el master en autoconocimiento es porque no quiere, o porque todavía no ha llegado a un determinado nivel de sufrimiento en su Vida.

¿Te has parado a pensar a que curso vas en La Escuela de la Vida?

 

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